viernes, 17 de diciembre de 2010

De aquellas aguas, estos lodazales.

Después de soportar en Córdoba y en tan sólo diez meses, dos inundaciones, ahora quedan, además del barro, multitud de preguntas, respuestas y sobretodo, posibles soluciones a algo que más que ser extraordinario, esporádico o excepcional, por desgracia se está convirtiendo en algo periódico y casi "normal".
Todas esta aguas han puesto de manifiesto, que todas las acciones llevadas a cabo por nuestros políticos a lo largo de los años en cuestión de parcelaciones cercanas al río y que contar del aeropuerto, han estado presididas por la sin razón y la doble moral. Acompañado, también hay que decirlo, por una población que a sabiendas de la proximidad de todo un Guadalquivir, decidieron un día establecer allí su vivienda.
La realidad es, que la fuerza de la naturaleza, acompañada de la presunta incompetencia de la Agencia Andaluza del Agua, encargada de gestionar los recursos hidrográficos de la cuenca del Guadalquivir, a la hora de desembalsar el agua de los pantanos junto a la actitud de un sector de la población construyendo en un lugar de posibles inundaciones con la absoluta complicidad temeraria y dilatada en el tiempo de todos los gestores municipales que han pasado en los últimos treinta años por nuestro ayuntamiento, han puesto sobre la mesa un problema que jamás debería haber existido. Si el ayuntamiento hubiera prohibido desde primera hora la construcción de estas viviendas y por supuesto no haber sido cómplices de estos ciudadanos a lo largo del tiempo, comenzando a cobrarle impuestos municipales de carácter urbano no habríamos llegado a esta situación.
Llegado a este punto, tenemos y debemos de exigir responsabilidades a aquellos estamentos que han permitido todo este desaguisado y que ofrezcan soluciones. Es verdad, que no son soluciones fáciles ya que en algunos casos pueden entrar en contradicción con las personas que siempre han respetado la legalidad y para muestra un botón, las indemnizaciones nada equitativas entre parcelas construidas y no construidas para la ampliación del aeropuerto.
Pero lo que está claro es que esta situación es insostenible, en la que todas las partes afectadas deben poner de su parte para una pronta solución, estamos hablando de la seguridad de muchas personas.
La pregunta que me hago es: ¿Tenemos políticos preparados para ofrecernos las mejores soluciones? . Cuando acaban de aprobar una ampliación del aeropuerto, a sabiendas de un informe que decía que las obras que se están realizando y aún no se han terminado están en zona inundable. A las pruebas me remito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario